La referencia arquitectónica al Taj Mahal es inmediatamente perceptible al entrar en la oficina de Microsoft en Noida, al norte de la India. Bañado en blanco marfil y salpicado de hermosos arcos y "jaali" (pantallas de celosía perforada), la oficina es tanto una oda visual a la grandeza del Taj Mahal como un lugar de trabajo de última generación. Rayos de luz perforan las intrincadas pantallas jaali, creando un efecto sublime de iluminación y profundidad.
El uso de este material como imagen ‘estética’, rompió con la idea de ser una simple fachada para ser reemplazada por un trabajo arquitectónico meticuloso que no solo refleja una trama, también una idea de ‘estilo no tan estilizado’. En este sentido, algo que podría parecer neutro -el color- habla mucho. Principalmente porque la variedad de minerales presentes en el cemento le da muchos tonos diferentes que, asociados con los diversos tamaños de los bloques, le dan al edificio una cara única que muestra el lado menos banal del concreto.
<h4>Múltiples edificios antiguos, torres de piedra a gran escala, parte de una ciudad en ruinas, y calzadas romanas que aún cubren las calles del centro de la capital italiana. La historia de Roma habla por sí sola, pero ¿cómo es posible que algunas construcciones que datan de siglos atrás aún se mantengan en pie?</h4> <p>Una de las principales paradas turísticas al llegar a Roma es la Piazza del Colosseo. Al este del Foro Romano, a 48.5 metros de altura desde el suelo, se aprecian los restos del mítico Coliseo que empezó a construirse en los años 70 d.c y culminó en 80 d.c con el emperador Tito.</p> <p>Sin embargo, más allá de su historia, una reciente investigación dio respuesta a una de las dudas más grandes de la era contemporánea, ¿qué hace que el Coliseo se mantenga en pie después de más de 2000 años? La respuesta es sencilla: el hormigón.</p> <p>Si en la actualidad alguien golpeara con un pico las juntas del hormigón de esta estructura, lo máximo que lograría es una pequeña grieta que no tardaría más de dos semanas en cerrarse de nuevo. Esto se debe a que el cemento, al entrar en contacto con el aire, restaura sus propios poros, y lo hace capaz de volver a la normalidad.</p> <h2>Los secretos del hormigón romano</h2> <p>A principios de enero, universidades de Italia, Suiza y Estados Unidos publicaron una última propuesta científica sobre los secretos del cemento romano y el resultado fue el uso de la cal viva. </p> <p>Tradicionalmente, el hormigón utilizado resultaba de mezclar dos ingredientes distintos. Uno es el armazón, esto es: el sólido y la grava que supone el grueso del compuesto. Esto fue parte del éxito del cemento romano, que se encontraba en estado puro en la ciudad de Pozzuli y de allí se conocía su fortaleza. Sin embargo, el giro de fabricación del hormigón llegó en el segundo componente: el ligante o pegamento. En el pasado se sabía que usaba la cal como pegamento, pero se creía que era en estado frío, cuando en realidad, era usada en caliente y no completamente mezclada con agua, ya que así se generaban los clastos. Los encargados de brindar resistencia.</p> <h2>Ciencia al Servicio de la Arqueología</h2> <p>Para llevar a cabo su investigación, Masic y su equipo utilizaron imágenes multiescala de alta resolución y técnicas de mapeo químico para analizar más en profundidad el hormigón romano. Siempre se había pensado que la cal utilizada para fabricar el hormigón había sido mezclada previamente con agua, aunque este proceso por sí solo no podía explicar la presencia de estos clastos de cal. Finalmente, los investigadores comprobaron que estas inclusiones blancas contenían carbonato de sílice.</p> <p>“El examen espectroscópico proporcionó pistas de que estos elementos se habían formado a temperaturas extremas, como era de esperar de la reacción exotérmica producida por el uso de cal viva, además de la cal apagada en la mezcla. Durante el proceso de mezcla en caliente, los clastos de cal desarrollan una arquitectura de nanopartículas característicamente frágil que crea una fuente de calcio fácilmente fracturable y reactiva”, ha explicado Masic.</p> <p>Para demostrar su teoría, los investigadores fabricaron el cemento del mismo modo en que lo hicieron los romanos, en caliente, lo rompieron e hicieron correr el agua a través de las grietas. Y, tal como pensaban, el hormigón empezó a regenerarse por sí mismo en dos semanas y el agua dejó de fluir por su interior. </p> <p>En el estudio, Admir Masic, profesor de ingeniería civil y ambiental del MIT, asegura que los romanos emplearon diversas técnicas de fabricación con las que consiguieron una masa ultra resistente y que no solo se secaba antes, sino que además se “autorreparan” con el paso del tiempo.</p> <p> </p> <p> </p>
El arquitecto Maxim Calujac firma Villa Domes, una casa en la que se demuestra la plasticidad del hormigón y en la que los interiores se conectan con la naturaleza.
Como muchos de los sectores más tradicionales, la construcción también se ha unido a la corriente imperante del progreso, tanto en materiales como en técnicas y herramientas. Los procedimientos habituales no han perdido su importancia, pero la innovación tecnológica avanza a pasos de gigante.
La luz juega un papel crucial en la arquitectura, ya que impacta en la comodidad visual de los usuarios y define el ambiente general de los interiores. Entre tecnologías innovadoras, conciencia ambiental y tendencias en arquitectura y diseño, los sistemas de iluminación hoy en día han evolucionado más allá de su función evidente. La luz se ha convertido en una estrategia de diseño y una declaración que maximiza la calidad funcional y estética de un espacio. En cuanto a cómo se iluminarán nuestros interiores en unos pocos años o décadas, podemos esperar innovaciones con materialidad como el uso de materiales orgánicos para generar luz, conectar bombillas a dispositivos para aumentar la comodidad y ahorrar energía o un regreso a las formas más básicas de iluminación. naturaleza.