El taladro es una de las herramientas manuales -y eléctricas- más antiguas que existen. Pero, si bien la potencia y la calidad del taladro influye mucho en el acabado de la cavidad que se quiera hacer, las brocas son las protagonistas del trabajo que realiza un taladro.
No todas las brocas son iguales, no todas son válidas para cualquier taladro y menos para cualquier material. Por eso, a continuación presentamos los diferentes tipos de brocas que existen, las diferencias entre ellas y cúal es la ideal para cada ocasión.
Brocas para metal: Están diseñadas para la perforación de todo tipo de metales como hierro, acero, acero inoxidable, aluminio o chapa, entre otros. Dentro de las brocas para metal, hay distintos tipos como las brocas HSS laminadas, rectificadas, de titanio y de cobalto.
Brocas para mampostería: Estas se caracterizan por su punta fabricada en carburo de tungsteno, con el objetivo de aumentar la dureza de la broca y permitir así perforar con la función de percusión del taladro o martillo. Están disponibles en distintos tipos, entre estos encontramos diferencias en el tipo de vástago de la broca, en el número de puntas de la misma y en la calidad de la punta de la broca.
Brocas para madera: Estas brocas se caracterizan por tener una punta delgada y definida para adaptarse a la blandura de la madera y poder taladrarla con precisión. Dentro de las brocas para madera, las más habituales son: la broca estándar de tres puntas, las helicoidales, las brocas de pala.
Brocas de diamante: Estas son fabricadas con puntas diamantadas que se utilizan para realizar agujeros precisos y con un excelente acabado en todo tipo de azulejos y baldosas de cerámica. Están disponibles en distintos tipos, entre estos encontramos diferencias en sus modelos para perforación en húmedo y seco, en la calidad y cantidad de diamante y en el tipo de vástago de la broca.