La tierra apisonada es una antigua técnica de construcción que se asemeja a la construcción de adobe o mazorca. Los habitantes de las zonas más secas y calurosas del mundo utilizaban este diseño, y el interés por esta técnica de construcción decayó en el siglo XX tras la aparición del hormigón armado.
¿Qué es la construcción con tierra apisonada?
La construcción con tierra apisonada consiste en apisonar en un encofrado tierra húmeda compuesta por áridos, arena, limo, arcilla y grava. La mezcla se comprime hasta formar un sólido y, cuando se seca, se retira el encofrado para dejar al descubierto los muros monolíticos.
Los encofrados deben ser lo suficientemente resistentes como para soportar las fuerzas de apisonamiento de la tierra. También deben ser fáciles de montar y desmontar.
Esta tecnología era habitual en las zonas más secas y cálidas de la tierra. Para trabajar con tierra apisonada, hay que conocer el clima y el lugar donde se va a construir la estructura.
Esta tecnología funciona mejor en entornos húmedos con temperaturas moderadas.
En los climas fríos, los muros de tierra apisonada requieren un aislamiento adicional, mientras que, en las zonas donde llueve mucho, los muros necesitan una protección adicional contra la lluvia.
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Responsable y respetuosa con el ambiente:
Tienen una energía incorporada muy baja, lo que significa que sólo se necesita una pequeña cantidad de energía para construir los muros. Los materiales de desecho pueden reciclarse o reutilizarse en la obra. Estas paredes tampoco tienen cavidades ni materiales que alberguen plagas, lo que aumenta considerablemente su resistencia a las mismas.
Bajas emisiones de GEI:
Los muros de tierra apisonada son un producto con bajas emisiones de efecto invernadero. Las emisiones proceden principalmente del transporte y la fabricación, pero estos muros tienen unas emisiones muy bajas si la construcción se realiza con materiales in situ. Tampoco tienen componentes inflamables, lo que ayuda a reducir sus emisiones totales.
Transpirabilidad:
La gente elige los muros de tierra apisonada porque "respiran" y ofrecen un ambiente interior saludable. Permiten la entrada y salida de aire, ayudando así a combatir eficazmente la humedad y a mantener una temperatura interior estable a lo largo de las estaciones. Además, los muros acabados son inertes y no tóxicos.
Bajo Mantenimiento:
Los muros de tierra apisonada suelen requerir poco mantenimiento y, una vez construidos y sellados, pueden pasar de 10 a 20 años antes de necesitar más atención. No es necesario un acabado de yeso o pintura, y se pueden dejar las paredes desnudas a la vista, formando un hermoso elemento.
Fuente: Proest