Durante la última década, la industria de la construcción se ha vuelto cada vez más dependiente de la tecnología, en particular para ayudar a administrar una fuerza laboral ampliamente distribuida. El uso de computadoras portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes como una red digital, junto con el uso de Wi-Fi en las oficinas de campo, las oficinas en el hogar y en otros lugares, han abierto potencialmente la puerta a más ataques cibernéticos.
Diversas ciudades de todo el mundo revelaron sus iniciativas para comprender los efectos del cambio climático.